UNIDAD 4


TECNICAS DE ENRRIQUESIMIENTO DEL LENGUAJE.
LA ANFIOLOGIA 
La anfibología es el empleo de frases o palabras con más de una interpretación. También se la llama disemia (dos significados) o polisemia (varios significados) aunque estrictamente hablando una polisemia no es siempre una anfibología.
Una anfibología puede dar lugar a importantes errores de interpretación si se desconoce el contexto discursivo del enunciado anfibológico, también suele ser un recurso para sofisticar.
Una característica casi constante de las anfibologías es la ambigüedad.

EJEMPLOS

Mi padre fue al pueblo de José en su coche (Texto anfibológico) ¿En el coche de quién?
Mi padre fue en su coche al pueblo de José.
Mi padre fue al pueblo de José en el coche de éste.
Se vende mantón para señora de Manila (Texto anfibológico) ¿Quién es de Manila? ¿se trata de un típico mantón de Manila o, por el contrario, de una mujer de Manila?
Se vende mantón de Manila para señora.
El perro de Mozart (Conocido título de una canción de Leo Maslíah) ¿Se refiere a que Mozart tenía un perro o que lo es?
El cerdo del niño (¿El cerdo es del niño o el niño es como un cerdo?).
«Persas, quedaos en vuestra casa.» (Puede significar «Persas, quedaos en Persia» o «¡Persas! ¡Llegaron los persas! Griegos, quedaos en Grecia».
«Si luchas con puntas de plata, un gran reino será vencido.» (¿Qué reino será vencido, el enemigo o el propio?)
Fidel habló solo diez minutos (¿soliloquió durante diez minutos o solamente habló diez minutos?).1
La mujer tibetana estaba casada con varios hermanos (¿hermanos de ella o con varios hombres que eran hermanos entre ellos?).
Fulano es A o es B (El sujeto en cuestión ¿es o una cosa o la otra? ¿o el sujeto es una cosa y también la otra?)2
Se considera que en muchas "mancias" (supuestas artes adivinatorias) uno de los recursos que se dan como respuesta a los consultantes son anfibologías, por ejemplo una respuesta del Oráculo de Delfos podía ser de esta clase: «¡vencerás no morirás!» (la cuestión aquí es dónde debe estar la coma ya que el significado cambia diametralmente si se pone la coma en «¡vencerás, no morirás!» o si se pone en «¡vencerás no, morirás!», en el primer caso se sugiere la victoria del que hace la consulta, en el segundo la muerte del mismo; las llamadas artes adivinatorias suelen manejar estas ambigüedades -es decir anfibologías- para acertar siempre -por opuestas que sean- en el enunciado de sus predicciones.
El crimen de Juan3 este tipo de frase es aún hoy una anfibología bastante frecuente sobre todo en los medios de difusión masiva en español ya que no queda claro si «Juan4 fue víctima del crimen» o (si por lo contrario) «Juan5 fue el que cometió el crimen».
La mujer tuvo un parto es una frase que parece inconfundible ya que casi absolutamente hace pensar en que esa mujer alumbró o parió, pero mucho más raramente puede significar que (por ejemplo) tuvo (como pareja) a un hombre del pueblo parto.
Siguiendo con una variante del ejemplo anterior tenemos la frase la mujer alumbró a su hijo (¿tuvo un parto? o...¿estuvo iluminando -con luz- a su hijo?)

REDUNDANCIA 


En teoría de la información, la redundancia es una propiedad de los mensajes, consistente en tener partes predictibles a partir del resto del mensaje y que, por tanto, en sí mismo no aportan nueva información o "repiten" parte de la información.
En numerosas aplicaciones, así como en las lenguas naturales la redundancia es una estrategia ampliamente usada para evitar malentendidos o errores de decodificación. Descriptivamente, la redundancia constituye factor comunicativo estratégico que consiste en intensificar, subrayar y repetir la información contenida en el mensaje a fin de que el factor de la comunicación ruido no provoque una pérdida fundamental de información. También tiene como significado exceso.

CACAFONIA

La cacofonía es el efecto sonoro producido por la cercanía de sonidos o sílabas que poseen igual pronunciación dentro de una o varias palabras cercanas en el discurso, como sucede por ej. en “atroz zozobra”, “camarón caramelo, caramelo camarón”. Según Ayuso: "las cacofonías son sonidos repetidos que maltratan los oídos".1 Se emplea a veces como recurso literario.
Etimológicamente es un cultismo del griego κακοφωνία, que significa malsonante, de κακός ('horrendo', 'desagradable'), y φωνή ('sonido').
La cacofonía se produce por una repetición de fonemas o la pronunciación de una palabra que al unirse a otras en una misma frase resultan chocantes. Por otro lado, puede ser utilizada para marcar ejemplos de la insuficiencia del lenguaje, como ocurre en los tonos despectivos.
La mejor forma de detectarlas es leyendo el texto en voz alta. Algunas técnicas para corregir las cacofonías son:2
  • pasar al plural algunas de las palabras
  • usar sinónimos
  • cambiar el orden de las palabras para distanciar los sonidos repetitivos
EJEMPLOS
Descubierto habéis la caca
con las cacas que cantáis.
Y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo
En la enseñanza del idioma español, especialmente a niños, se concede el uso adecuado de expresiones cacofónicas formando parte de trabalenguas, como ejercicio para adquirir una pronunciación y una buena articulación:
Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal en tres tristes trastos.
Otros trabalenguas con cacofonías, son:
El que poco coco come, poco coco compra;
el que poca capa se tapa, poca capa se compra. Como yo poco coco como, poco coco compro,
y como poca capa me tapo, poca capa me compro.
Pedro Pérez pide permiso para partir para París, para ponerse peluca postiza porque parece puerco pelado.


BARBARISMOS  

Barbarismo, según el punto de vista normativo reflejado en el Diccionario de la lengua española (DRAE) de la Real Academia Española (RAE), «es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios».1 El concepto de barbarismo puede también incluir extranjerismos no incorporados totalmente al idioma; se trata de un caso particular de barbarismo en su primera acepción.1
Los barbarismos pueden ser prosódicos, morfológicos y sintácticos, según afecten a la prosodia, morfología o sintaxis.
Los barbarismos acaban a veces siendo aceptados por los órganos reguladores normativos, ya que su uso se generaliza a todos los registros e incluso a la literatura; p. ej.: control (del francés contrôle), hoy aceptado y antiguamente considerado barbarismo.
Ejemplos de expresiones que pasan por barbarismos son:
  • a grosso modo por grosso modo: loc. lat. que significa ‘aproximadamente o a grandes rasgos’: «El costo de la vida aquí corresponde, grosso modo, al de México» (Tibón Aventuras [Méx. 1986]). No es normativo anteponer la preposición a: a grosso modo.
  • accesar por acceder
  • aereopuerto o areopuerto por aeropuerto
  • aigre por aire
  • ambos dos por ambos
  • amolestaciones por amonestaciones
  • andé por anduve
  • bisted por bistec
  • cabo por quepo (del verbo caber)
  • captus por cactus
  • ce redonda por la letra ce
  • cóptel por cóctel
  • cobete por cohete
  • delicuente por delincuente
  • dentrar por entrar
  • descambiar por cambiar (cuando se refiere a dinero)
  • descomponido por descompuesto
  • dividible por divisible
  • embraye, embrage, o embriague por embrague
  • erupto por eructo
  • estuata por estatua
  • excena por escena
  • excenario por escenario
  • excribir por escribir
  • extricto por estricto
  • fortudo por forzudo
  • fustración por frustración
  • haguemos por hagamos
  • haiga por haya
  • hueler o güeler por oler
  • indiosincracia por idiosincrasia
  • innundación por inundación
  • insepto o insesto por insecto
  • interperie por intemperie
  • juegar por jugar
  • kepchup por ketchup
  • capsu por catsup
  • lívido o líbido por libido
  • luenga por lengua
  • lluviendo, lluvió por lloviendo, llovió
  • madrasta por madrastra
  • metereología por meteorología
  • morido por muerto
  • mostro, mounstro o mongstro por monstruo
  • nadien o nadies, por nadie
  • nieblina por neblina
  • nievar por nevar
  • ojebto u ocjeto por objeto
  • pieses por pies (en plural; invariable)
  • pitza o picza por pizza
  • pixcina por piscina
  • polecía o polecia por policía
  • rampla por rampa
  • rebundancia por redundancia
  • ruyir o ruñir por roer
  • sabo o sepo por (del verbo saber)
  • secto por sexto
  • sindrome (pronunciado [sindróme]) por síndrome
  • sortudo por suertudo
  • standart por estándar
  • subadera por sudadera
  • tasi por taxi
  • telesférico por teleférico
  • tópsico por tóxico
  • trompezar por tropezar
  • veniste por viniste
  • himpócrita por hipócrita
Otros barbarismos serían los casos de palabras que deben escribirse separadas; por ejemplo, la expresión osea, que debe escribirse o sea.

VULGARISMOS 

Un vulgarismo es una expresión morfológica, fonética o sintáctica empleada en lugar de la palabra correcta y que no se considera parte de la llamada lengua culta. Sin embargo, muchas expresiones que antiguamente se consideraban vulgarismos hoy se aceptan y son de uso común (por ejemplo, adecúo en lugar de adecuo). Los vulgarismos no han de ser necesariamente signos de ignorancia, sino que dependen del contexto (la región) en el que se halla el hablante. Hasta no hace mucho, no era raro que se trataran como vulgarismos simples variantes del español, en particular muchos giros americanos, como recién, no más, etc., que actualmente están aceptadas como correctas.
Por otra parte, ciertos arcaísmos han desaparecido de la lengua culta y se conservan solo en la lengua popular como vulgarismos. Algunos de ellos, así como otros de incorporación más reciente, están recogidos en el Diccionario académico con la marca de vulg., como leche (‘porrazo’), endenantes (‘hace poco’), almóndiga (‘albóndiga’, como enmienda), asín (‘así’), talego (‘cárcel’), corte de mangas (‘cierto gesto obsceno’), aunque esta marca está aplicada a términos calificados por el Diccionario del estudiante (también de las Academias) como jergales (talego), coloquiales (corte de mangas) y malsonantes (leche).






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